El domingo pasado cumplí 76...

 𝙀𝙇 𝘿𝙊𝙈𝙄𝙉𝙂𝙊 𝘾𝙐𝙈𝙋𝙇𝙄́ 76 𝘼𝙉̃𝙊𝙎...

𝙀𝙨𝙩𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙞𝙜𝙪𝙚 𝙡𝙤 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙗𝙞́ 𝙝𝙖𝙘𝙚 10 𝙖𝙣̃𝙤𝙨 𝙖 𝙢𝙞𝙨 66. 𝘼𝙙𝙝𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙞𝙟𝙚 y s𝙤𝙡𝙤 𝙖𝙜𝙧𝙚𝙜𝙤: 𝙈𝙞 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙖𝙣̃𝙚𝙧𝙖 𝙮𝙖 𝙣𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙖́ 𝙮 𝙘𝙖𝙙𝙖 𝙙𝙞́𝙖 𝙡𝙖 𝙚𝙭𝙩𝙧𝙖𝙣̃𝙤 𝙢𝙖́𝙨. 𝘾𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙨𝙚 𝙛𝙪𝙚 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞́ 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙙𝙖𝙧𝙤𝙣 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙧𝙡𝙚. 𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙚𝙣 𝙚𝙨𝙩𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙞𝙜𝙪𝙚 𝙫𝙚𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙝𝙖𝙘𝙚 10 𝙖𝙣̃𝙤𝙨 𝙨𝙚 𝙡𝙤 𝙙𝙞𝙟𝙚. (la foto también es de esa época)

"A mi edad, seguramente ya comencé a hacerme invisible para el mundo. Pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca luché tanto para disfrutar de cada momento, aunque siendo medio adicto al trabajo eso me cuesta, pero quiero lograrlo por mi y por mi compañera.
No niego que los miedos aparecen, y cuando me miro al espejo, ya no busco al que fui en el pasado,… sonrío al que soy hoy, me alegro del camino andado, y agradezco a DIOS el habérmelo permitido.
Ahora se, que no soy el principe del cuento de hadas, que no llegaré a ser presidente y que mi vida ha transcurrido sin esas pretensiones que tenía a los 25. En ese tiempo, inocente de mí, pensaba que a los treinta quizá podría retirarme, hoy sigo firme al frente de mi tarea, ignorando o queriendo ignorar que no soy imprescindible, pero también sintiendo que ella para mi lo es.
No puedo decir que mi vida ha trancurrido sin pena ni gloria, dado que hubo penas y hubo glorias.
No quisiera retirarme dado que extrañaría la aventura de no saber que va a pasar en el trabajo cada día, siendo esa pese a mis quejas, una de las ventajas de trabajar por cuenta propia.
Tengo mi príncesa azul, esa para quien sigo siendo su rey, la que me extiende su mano cariñosa y amorosamente y se inclina para darme un abrazo. La que está siempre pendiente de mí, con la que peleamos quizá por la rutina de la vida, pero en la que reconozco que siempre está pendiente de lo que necesito aunque yo no lo diga , o lo que es peor no lo perciba.
Ella lo percibe por mí y siempre está en cada detalle, y aunque a veces rezongo por eso, en el fondo le doy el valor incomensurable que tiene esa forma de demostrar cariño.
Es la princesa azul a la que alguna vez le fallé, y eso me hizo aprender que no soy perfecto ni mucho menos, pero siempre pese a todas mis imperfecciones me ofrece su hombro para apoyar mi cansancio o para desahogar mis alegrías y también mis derrotas.
La que sigue enamorada de las flores y de las plantas, la que cuida cada detalle de nuestro hogar, la que me sorprende con la sutileza de un beso o con un simple “TE QUIERO”, o con el café que siempre tiene disponible para mí.
Esa mujer, con quien he compartido los mejores años de mi vida, y también los peores. Con la que compartí cuatro hijas y 5 nietos y en el balance siento que he salido ganador, porque la vida nos puso a prueba y pese a todo salimos airosos.
Por eso puedo decir como decía el poeta vida nada me debes, vida estamos en paz.

Comentarios

Mariano Durlach ha dicho que…
Maravillosa reflexión y le doy mucho más valor porque lo expresás en primera persona hablando desde vos; de lo que a vos te pasa.