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Usted es una de las figuras pol铆ticas nacionales con mayor potencia interna en el mundo, s贸lo superada por los dictadores. Es cierto que a煤n no se le puede endilgar la ofensa de dictadora, pese a su temperamento autoritario: las instituciones republicanas siguen respirando, aunque muy debilitadas. Tampoco se le puede quitar legitimidad a su puesto. Es casi omnipotente. Habla como los dioses. Sus discursos podr铆an ser material de aprendizaje para los maestros de oratoria. Alterna informaciones eruditas con bromas y preguntas. Puede mantener la atenci贸n de su audiencia por varias horas. Es mujer. Es bonita. No es genio pero s铆 muy inteligente. Est谩 provista de una larga y envidiable experiencia como legisladora. Curs贸 Derecho. Conoce a fondo una de las provincias m谩s perif茅ricas del pa铆s y conoce a fondo el poder central. Tiene mayor铆a absoluta en ambas c谩maras del Congreso. Los gobernadores -sin excepci贸n- se inclinan respetuosos y casi mudos. El Poder Judicial tiembla ante su humor. Hasta los intendentes sembrados desde La Quiaca hasta Ushuaia quieren recibir su ternura. Controla al partido pol铆tico mayoritario con simples ademanes. Los empresarios se le arrodillan. Los gremialistas le tienen miedo. La prensa independiente u "opositora" mide sus palabras y busca equilibrios para no excederse.
Y paro aqu铆.
Llenar铆a este art铆culo con la pormenorizada descripci贸n de sus cualidades y sus recursos. Pero mi prop贸sito es otro. Explicarle la frustraci贸n que sentimos la mitad de los argentinos -cada d铆a somos m谩s- por no desempe帽arse usted como la presidenta que podr铆a ser. No estimo que necesite datos. Puede convocar a quienes desee -pero que no se limiten a regalarle mentirosos elogios- para que le expongan verdades sobre la situaci贸n a la que nos arrastra su pol铆tica. Est谩 mal asesorada, se帽ora. Est谩 mal asesorada por personas que considera leales y visionarias. Pero no tienen las luces de una buena memoria que les recuerde algo simple: sus medidas ya fueron usadas y, tarde o temprano, acaban en el desastre. Peronistas y antiperonistas elogian el segundo y muy breve gobierno de Juan Per贸n. Est谩n equivocados. Deber铆an aprender del 煤ltimo tramo del primer gobierno. En el a帽o 1950 -que recordamos como el A帽o del Libertador San Mart铆n-, empez贸 a mostrar fallas el modelo que se hab铆a puesto en vigor y que usted ahora conduce. El exceso de controles, la represi贸n a la prensa, el desprecio a la oposici贸n, dividir el pueblo entre leales y contreras, el clientelismo imp煤dico, la manipulaci贸n de los sindicatos, el despilfarro de las reservas y las estatizaciones (que aumentan la burocracia, la ineficiencia y el d茅ficit) nublaron las grandes realizaciones del Per贸n y Evita de los primeros a帽os. Ese presidente Per贸n, antes de su ca铆da, comprendi贸 parte de sus errores y volvi贸 a mejorar la situaci贸n econ贸mica. Lo comprendi贸 mejor al regresar de Espa帽a, es cierto. Pero ser铆a justo recordar que su mente 谩gil y p铆cara supo que deb铆a hacer un giro importante ya antes de 1955. Por eso disminuy贸 los controles y permiti贸 que los l铆deres opositores tuvieran acceso a los medios masivos de comunicaci贸n. Le report贸 extendida gratitud que por primera vez en muchos a帽os hablasen por la cadena nacional pol铆ticos como Arturo Frondizi y Solano Lima. Pero m谩s notable fue otra decisi贸n. Se pretende borrarla porque choca con el patrioterismo infantil que intoxica las neuronas argentinas. El presidente Per贸n negoci贸 nuestro petr贸leo con la California Petroleum Co. Sab铆a que necesitaba una caudalosa inversi贸n extranjera. No alcanzaban los vacuos gritos de soberan铆a ni en su boca. Per贸n, que hab铆a sido proclamado en la casa hist贸rica de Tucum谩n como Libertador econ贸mico de la Argentina, no era un vendepatria. Ese proyecto fue llevado a cabo m谩s adelante por Arturo Frondizi.
Frondizi fue un estadista ejemplar. Tuvo el coraje de poner a un lado concepciones arcaicas y subirse a un genuino tren progresista. Es decir, un progresismo que trae progreso de verdad, no s贸lo discursos. En brev铆simo tiempo consigui贸 el autoabastecimiento. En otras palabras, consigui贸 una soberan铆a econ贸mica que no se basaba en agresiones est茅riles, expropiaciones ni aumento de la desconfianza internacional. Otra de sus medidas estrat茅gicas fue la libertad de ense帽anza, que los "progresistas" de entonces condenaron. Estimul贸 una industrializaci贸n acelerada con medidas que daban v茅rtigo, pero que estaban respaldadas por la majestad e independencia del Poder Judicial. La Argentina volvi贸 a recuperar un dinamismo olvidado y convertirse de nuevo en un pa铆s relevante y esperanzador. Usted, se帽ora Presidenta, puede hacer lo mismo e incluso m谩s. Bastar铆a repasar sus 茅xitos y fracasos que s贸lo los ciegos no ven. Le dir铆a que debe comenzar con las tres medidas que tom贸 el mismo Per贸n antes de su exilio. Pero puede -y deber铆a- a帽adir otras. La Argentina que ahora gobierna con todas las plenipotencias no es la de 1955. Desde esa 茅poca hasta hoy la decadencia ha sido permanente. Hemos disfrutado breves momentos de recuperaci贸n, es cierto, pero no alcanzan. Las toxinas patrioteras, falsamente progresistas, que nunca pueden terminar con la pobreza y embriagan mediante consignas est茅riles, deben ser atacadas a fondo. Usted lo puede hacer.
Es un buen ejercicio comparar la sociedad con el cuerpo humano. Incluso con la supervivencia de todos los seres vivos. Nos sostiene un equilibrio misterioso. En su caso, se帽ora, es obvio que debe reemplazar la ausencia de tiroides con una medicaci贸n. Pero no se podr铆a vivir bien con una pastilla para despertar y otra para dormir, una para tener hambre y otra para estar saciado, una para ingerir l铆quidos y otra para dejar de beber, una para estar alegre y otra para estar sereno, una para acelerar la actividad hep谩tica y otra para disminuirla. Y as铆 sucesivamente en todos los 贸rdenes de la existencia. Ser铆a peor que la m谩s asfixiante de las prisiones. Sin embargo, es lo que su gobierno pretende hacer con la naci贸n argentina. Control sobre todo, todos y todas. Prisi贸n con guardianes s谩dicos. Igual que los fascismos cl谩sicos de derecha o izquierda (Mussolini, Hitler, Stalin, Mao, Castro). Guillermo Moreno fue elogiado por usted como el mejor de sus funcionarios porque es un obsesivo del control. Un control que recuerda a los fan谩ticos de la Inquisici贸n o de la Sharia. ¿No se dio cuenta de que es el hombre m谩s detestado del pa铆s, e incluso fuera del pa铆s?
Tambi茅n usted anhela controlar los pocos medios de comunicaci贸n independientes que a煤n funcionan pese a la discriminaci贸n de la pauta oficial. ¿Para qu茅? ¿No gan贸 las elecciones con el 54% de los sufragios pese a esos medios? ¿En qu茅 le han disminuido su poder? Un an谩lisis objetivo -los an谩lisis objetivos son dolorosos- diagnosticar铆a que la r谩pida p茅rdida que ahora sufre su imagen se debe a sus propias acciones, no a los medios de comunicaci贸n.
F铆jese, por favor. Las impugnaciones a su enriquecimiento ya quedaron en el pasado. Puede estar tranquila con la fortuna acumulada. ¡Entonces no permita m谩s corrupci贸n! Haga como Dilma Rousseff, que ech贸 a cinco ministros y con esa medida ejemplar puso l铆mites a toda la suciedad que enloda la entera pir谩mide del Estado. Deje que la Justicia sea independiente. ¡Independiente de verdad! Que juzgue como es debido a Boudou, a Schoklender, a la Fundaci贸n de las Madres de Plaza de Mayo, a legisladores, gobernadores, intendentes, legisladores y dem谩s funcionarios que confunden los votos obtenidos con garant铆as a su impunidad. Que la Corte Suprema deje de parecer un gnomo golpeado, porque ni siquiera ha conseguido reponer el fiscal de Santa Cruz.
¿Le parece que una democracia respetable puede aceptar que grupos de matones enmascarados se vuelquen a la calle, agredan embajadas y hasta hieran a las fuerzas de seguridad? ¿No deber铆an ser arrestados, desenmascarados y sancionados? ¿Desde cu谩ndo en una democracia se tolera el encubrimiento de la identidad?
¿Le parece que los piquetes tienen derecho a continuar con su diaria diversi贸n de bloquear las rutas para destruir la jornada laboral de centenares de miles de argentinos? ¿No es hora en que su poder, se帽ora Presidenta, hiciera saber que usted gobierna para todos, no para transgresores de pacotilla?
¿No le preocupa el aumento del enojo social? Ha comenzado una guerra de pobres contra pobres. Basta registrar lo que sucede en los medios de transporte. Esto es como un volc谩n que despierta. ¡Cuidado por ah铆! Sabe mejor que nadie cu谩ntos chanchullos se han cocinado en la privatizaci贸n y ahora en la nacionalizaci贸n de YPF. Sabe que el objetivo de su 煤ltima medida es de corto plazo, para mejorar su imagen mediante las hogueras del patrioterismo y engordar la debilitada caja (si la engorda). Sabe que su gesto se parece al de Galtieri invadiendo las Malvinas y Rodr铆guez Sa谩 proclamando el default . Ambos fueron aplaudidos. Pero despu茅s nadie acept贸 haberlos apoyado. ¿Qu茅 espera en el futuro? Observe c贸mo se procede en pa铆ses como Australia o Canad谩. All铆 no hay Morenos ni Quebrachos ni piquetes ni corruptos en cargos p煤blicos ni subsidios clientelares ni locas medidas de corto plazo. Pi茅nselo. No se recluya en el falso argumento "destituyente". Por ahora la oposici贸n no le hace sombra. Si usted se convirtiera en la presidenta que podr铆a ser, tiene la oportunidad de pasar a la historia como alguien que hizo mucho m谩s que llevarnos al abismo. © La Nacion.

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